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Arquitectura prehispánica: Maravillas ocultas de América Latina


Antes de la llegada de los españoles a nuestro continente, cuando los pobladores pasaron a ser semi-nómadas y habitaban desde Alaska hasta la Patagonia, desarrollaron distintos tipos de núcleos habitacionales dependiendo del lugar y del entorno.

Fotos de una terraza tairona tomadas en Taironaka

En Tistal, territorio argentino, a 3.200 msnm, la población se estimaba en 3.000 personas y la ciudad incluía casas, calles sobre elevadas, espacios para las actividades comunales, cementerios y sitios de molienda. Las construcciones eran de piedra, los techos de cuero y lana de oveja y llamas. Aunque son pocas las evidencias arqueológicas en el sur del continente, Tistal es de las más importantes.

La importancia de la simetría

El Imperio Inca basó sus poblaciones en la piedra y la simetría. Cuzco, con 150.000 habitantes, Machu picchu, con máximo 1,000 y Cajamarca entre otras, tenían construcciones horizontales, de piedra y adobe, muy fuertes para resistir los frecuentes terremotos. Sus techos eran básicamente de madera cubierta por una hierba local llamada Ichu, resistente y aislante.

Fotos de Machu Picchu

Los Maya construyeron asombrosas pirámides destinadas a los sacrificios, plazas enormes para el juego de la pelota y actividades recreativas, templos, palacios y casas para la gente; utilizaron la piedra y la palma, con amplias ventanas y puertas de madera. Chichen Itza, Tikal, Palenque, Uxmal, hoy nos muestran ese pasado asombroso.

Construcciones adaptadas al entorno

En Colombia los Muiscas, en el centro del país, los Quimbaya al sur-occidente, y los Tairona en la región Caribe, fueron los ejes poblacionales más grandes de todo el territorio. Por los historiadores de indias se conoce que sus viviendas eran de materiales del entorno, guadua o madera, y techos de paja o de palma, según la topografía.

A diferencia de los Incas o los Mayas, los Taironas no hicieron sus ciudades de piedra; sino sus caminos. Estas pueden tener hasta 300 kilómetros de longitud. Los encontrará por toda la Sierra Nevada de Santa Marta. Sus escaleras, que a veces alcanzaban los 900 peldaños, sus elaborados muros de contención para vencer la agreste topografía del entorno, y sus terrazas -los cimientos de sus viviendas- son testimonios que hoy se pueden contemplar en Ciudad Perdida o en Taironaka y que maravillan a cualquier visitante.

Para conocer más sobre la arquitectura ancestral de los Taironas, puedes venir a visitar el sitio arqueológico Taironaka.